Según la información oficial, la pandemia de COVID-19 se originó en Wuhan, China, a finales de 2019. Los primeros casos fueron reportados entre el 12 y el 29 de diciembre por las autoridades de salud de Wuhan. El 31 de diciembre, la OMS recibió información de China sobre los casos de una neumonía desconocida. El mercado mayorista de mariscos de Huanan, señalado como el principal foco propagador del virus, fue cerrado al público el 1 de enero. Desde el origen del virus, la comunidad internacional ha exigido a China que investigue a fondo qué fue lo que desencadenó la pandemia en el mundo.
Sin embargo, bajo el dominio del Partido Comunista Chino, la información proporcionada sobre los contagios y muertes por coronavirus no ha sido confiable; además, China intentó obstaculizar las investigaciones de la OMS dentro del país. En octubre de 2022, una nueva investigación independiente muestra que el origen del virus en China podría haber sido antes que la fecha “oficial” y que esto se habría ocultado al mundo.
Esta investigación fue realizada por dos estadounidenses, el médico Tom McGinn y el coronel retirado John Hoffman. McGinn es asesor principal en materia de salud del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), y el coronel John Hoffman es investigador principal del Instituto de Protección y Defensa de los Alimentos, cuya carrera abarca décadas en el gobierno y el ejército de Estados Unidos.
Los investigadores no creían la narrativa del régimen comunista sobre el origen del virus – el mercado de mariscos de Huanan – por lo tanto, iniciaron un estudio para mostrar el otro lado de los hechos.
Comenzaron con las bases de datos de Aduanas y Protección de Fronteras que tiene registradas las entradas de bienes y productos a Estados Unidos. Entonces advirtieron que China había empezado mucho antes a comprar grandes cantidades de insumos para COVID-19, como mascarillas y trajes de protección.
“Puedes ir y mirar unos tres años atrás [a los datos de importación]”, dijo el coronel Hoffman a The Telegraph. “Esto no es el normal sube y baja que se produce”.
Según informa The Telegraph, las exportaciones a Estados Unidos de insumos de protección personal cayeron un 50% entre agosto y septiembre de 2019, lo que llamó la atención de los investigadores. Además, China empezó a comprar más insumos en Europa, Australia y EE. UU. La caída de las exportaciones hacia Estados Unidos y la creciente demanda de China sugeriría que “algo” estaría ocurriendo en el país, de otro modo, ¿para qué China necesitaría grandes cantidades de insumos de protección personal?
El coronel Hoffman contactó a un representante de HCA Healthcare, una de las redes de hospitales más grandes de Estados Unidos, y este señaló que durante el mes de septiembre de 2019, gran parte de los pedidos de suministros EPP quedaron en suspenso y varios de los hospitales estaban escasos de insumos.
“Pregunté a la gente de HCA si esto había ocurrido recientemente”, dijo el coronel Hoffman.
“La respuesta fue que no; no recordaban haber visto nunca tantos pedidos en espera”.
En este sentido, David Asher, exfuncionario del gobierno de EE. UU. y que dirigió la investigación sobre el origen del COVID-19 para la Administración Trump, dijo “fue un aumento persistente [de las compras chinas]”. “Y fue lo suficientemente significativo, ya que mis colegas en el DHS [Departamento de Seguridad de EE. UU.] se enteraron de empresas estadounidenses que fabrican EPP y, lo que es más importante, de hospitales de EE. UU. que informaron que no podían obtener el suministro normal de máscaras, guantes, batas y gafas protectoras”.
La “diplomacia” de las mascarillas del PCCh
Medios de comunicación informaron sobre la diplomacia de las mascarillas del PCCh en un intento de lavar su imagen luego de la propagación de la pandemia y haber ocultado el origen del virus. Mientras los suministros médicos EPP escaseaban en varias partes del mundo, China ofrecía rápidamente insumos EPP, como mascarillas y trajes de protección personal.
¿Cómo había obtenido China cantidades tan grandes de suministros? Aunque China había aumentado la producción interna, también lanzó una campaña para acopiar todos los suministros EPP del extranjero, instando a las empresas y asociaciones chinas a comprar todo lo que pudieran y lo enviaran a China.
Medios del estado comunista también participaron, promocionando a las empresas que cumplían con el pedido del régimen, como la empresa Greenland Group.
Xinhua, la agencia de noticias del régimen, informó que Greenland Group envió a China millones de mascarillas, 700.000 trajes de protección y 500.000 pares de guantes sanitarios.
Un medio australiano informó que todos los empleados de la empresa fueron obligados a comprar toda la cantidad que pudieran de suministros médicos para enviarlos a China. Esto ocurrió en enero y febrero de 2020. “Se pidió a todos los empleados, la mayoría de los cuales son chinos, que se abastecieran de todos los suministros médicos que pudieran”, dijo un empleado de la empresa a The Sidney Morning Herald.
En marzo de 2020, en la República Checa, la agencia de contrainteligencia alertó al gobierno checo sobre movimientos sospechosos de la embajada china para abastecerse de grandes cantidades de material médico. Más tarde, el Ministerio de Salud del país prohibió las exportaciones de insumos de protección sanitaria.
En abril de 2020, el Senado de República Checa aprobó una resolución para que el gobierno adquiera el material médico dentro de Europa, y no depender de China.
Lo sucedido en Australia y en República Checa no son casos aislados. Canadá, Japón y varios países tuvieron que tomar medidas para limitar las exportaciones de los suministros EPP en uno de los momentos en los que el mundo más los necesitaba. Mientras tanto, China causaba artificialmente escasez de suministros, para luego redistribuirlos. ¿Acaso podrían esperarse “buenas intenciones” del Partido Comunista Chino en el contexto inédito de una pandemia mundial, donde él mismo es el principal responsable de la propagación del virus?