Poco a poco empiezan a aparecer en público sanitarios valientes españoles que se atreven a denunciar todo lo que están viendo y lo que está pasando. Acostumbrados, como estamos, a que una inmensa mayoría sean serviles y cómplices, a cambio de mantener un trabajo cada vez más indigno, hechos como este no dejan de ser un pequeño rayo de esperanza.
Y es que, para que se sigan cometiendo aberraciones como las que estamos viendo, es necesario que haya cómplices en la base del sistema que colaboren con ello. Por desgracia, una inmensa mayoría de los sanitarios son cómplices necesarios ya que, sin ellos, todo esto se habría desmoronado hace mucho tiempo. Sería imposible de mantener.
Por eso nos alegra escuchar testimonios valientes como el que nos deja una enfermera de Huelva. Porque es necesario para que todo el mundo que quiera escucharla se de cuenta de lo que está pasando realmente. Animamos a los sanitarios a que empiecen a movilizarse y cuenten lo que están viendo. Puede que tengan problemas en su trabajo, pero empezarán a calmar sus conciencias. Estamos seguros que para muchos esto último será fundamental si quieren volver a dormir por las noches.