El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, escribió un comunicado dirigido a los 60 congresistas demócratas que dicen ser “católicos” que publicaron una defensa de su apoyo al aborto y presionaron a los obispos para que no le quiten la comunión al presidente Biden.
Mientras Biden continúa defendiendo y avalando el aborto en todo el país, 60 católicos demócratas intentaron presionar mediante un comunicado público a los obispos estadounidenses para que no nieguen la comunión a aquellos católicos que promueven el aborto.
En su carta, los demócratas católicos insistieron en que “buscan la guía y la ayuda de la Iglesia, pero creen también en la primacía de la conciencia”.
Los demócratas culparon a los obispos de instrumentalizar el sacramento de la comunión contra Biden. La mayor parte del grupo también promueve la matanza de bebés por nacer, según el Daily Caller del 18 de junio.
Estas acusaciones fueron en reacción a la reciente aprobación de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) sobre una propuesta para redactar una declaración que posiblemente niegue la comunión a políticos de alto perfil pro-aborto.
“Al reconocer el papel de la Iglesia en proporcionar liderazgo moral, reconocemos y aceptamos la tensión que conlleva estar en desacuerdo con la Iglesia en algunas áreas”, declaran.
Por su lado, el arzobispo Cordileone, escribió una carta pública dirigida justamente a los 60 demócratas que dicen llamarse cristianos, en la que asegura que “la naturaleza pública de la declaración invita a una respuesta también pública y brinda una excelente oportunidad para un diálogo sincero”.
Cordileone por más dispuesto a dialogar que esté, no tuvo disimulos en defender su postura y la de las raíces de la iglesia católica al afirmar que “la Iglesia primitiva describió el aborto como una forma de homicidio”, agrega, “y la comunidad cristiana condenó el aborto ya en el siglo I en la Didache”.
Luego continuó destacando la enorme contradicción del discurso de los “demócratas cristianos” que defienden el aborto, quienes por un lado dicen querer “hacer realidad los principios básicos que están en el corazón de la doctrina social católica”, pero por otro lado no respetan los principios más básicos de la fe católica: “No mates intencionalmente o permitas que otros maten vidas humanas inocentes”.
Los demócratas en su carta afirmaron que “buscamos la guía y la asistencia de la Iglesia, pero creemos también en la primacía de la conciencia”. Aquí Cordileone encontró otro punto de crítica al asegurar que el término “conciencia” no está bien utilizado en este caso. La conciencia no es decidir lo que está bien o mal para cada uno, asegura el arzobispo.
La conciencia bajo ningún punto es una construcción individual sobre una determinada realidad. La “verdad” no la inventamos los seres humanos y la desarrollamos a nuestra conveniencia. La “verdad” la buscamos con ‘la guía de la Iglesia’ y luego nos sometemos a ella.
“El tema del aborto implica no solo un desacuerdo táctico sobre un asunto de política”, continúa Cordileone. “Este es un mal atroz. Es comparable a no estar en desacuerdo sobre la maldad del linchamiento o la trata de personas”.
(Bles mundo)