El Instituto Nacional de Salud de EE. UU., (NIH) confirmó que los investigadores vinculados con el Partido Comunista de China (PCCh), eliminaron los datos inscritos inicialmente sobre la composición genética de las primeras muestras del virus encontradas en Wuhan.
Esta confirmación se hizo el 23 de junio, luego de que el científico estadounidense, doctor Jesse Bloom, biólogo computacional del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle, recuperó la información ocultada, informó New York Post el 24 de junio.
Bloom consideró de gran importancia su hallazgo, más aún al considerar que no había ninguna razón científica para la supresión de los datos originales, que podría tomarse como sospechosa.
En su concepto, las primeras muestras eran una “mina de oro para cualquiera que busque entender la propagación del virus”, señaló Bloom.
Y agregó: “El hecho de que se haya eliminado un conjunto de datos tan informativo tiene implicaciones que van más allá de las que se desprenden directamente de las secuencias recuperadas”.
Bloom, escribió estas apreciaciones en el informe de investigación titulado “Recuperación de datos de secuenciación profunda eliminados arroja más luz sobre la primera epidemia de SARS-CoV-2 en Wuhan”.
Por su parte, la autora Gabrielle T. Fonrouge, advierte: “La revelación sobre la eliminación de los datos y la confirmación por parte de las autoridades estadounidenses suscita ahora nuevas sospechas sobre el origen del virus y sobre qué más saben las autoridades chinas pero no han revelado”.
Y agregó: “El PCCh obstaculizó varias veces las investigaciones sobre el origen del virus en su territorio, y continuamente aumentan los científicos y políticos que comparten la creencia de que hubo una filtración de laboratorio que podría ser la responsable de la pandemia mundial”.
En este sentido, la autora Carolyn Crist, escribió: “En cualquier caso, el artículo de Bloom parece echar más leña al fuego del debate sobre los orígenes de la pandemia”.
El NIH informó que los científicos chinos que habían inscrito los datos en el Archivo de Lectura de Secuencias de la Biblioteca Nacional de Medicina, argumentaron que los eliminaban para trasladarlos a otra base de datos y “evitar problemas de control de versiones”, según WebMD.
“Estas secuencias de SARS-CoV-2 se presentaron para su publicación en [el Archivo de Lecturas de Secuencias] en marzo de 2020 y posteriormente el investigador que las presentó solicitó su retirada en junio de 2020″, escribieron los funcionarios del NIH en un comunicado.
Es de tener en cuenta que el PCCH ha generado mucho malestar internacional por la aparente falta de transparencia que caracterizó los inicios de la pandemia del virus PCCh, cuyos primeros casos se presentaron en inmediaciones del Laboratorio de Virología de Wuhan, China.
En este sentido, el asesor consultivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS, por la sigla) Jamie Metzl, señala falencias en el informe de esta entidad acerca del origen del virus del PCCh que impiden considerarlo como autorizado.
Asimismo, calificó de temerarias las conclusiones presentadas que excluyen la posibilidad de que el virus se fugara del laboratorio de Wuhan, primera ciudad china fuertemente afectada por la aparición de la epidemia, sobre todo ante el hecho de que “… las pruebas circunstanciales son abrumadoras”, según Sky News del 4 de abril.
Y agregó: “Todo este estudio del equipo conjunto, en mi opinión, no es creíble ni válido porque examinaron algunas hipótesis y no otras, y luego tuvieron la temeridad de clasificar la probabilidad de las diferentes hipótesis”.
Asimismo, Metzl hace notar que el criticado estudio no fue realizado por la OMS, sino que es un “estudio conjunto de un comité asesor independiente” de la Organización Mundial de la Salud y sus “homólogos chinos”, según el video siguiente (en inglés).
(Bles mundo)