En medio de la crisis mundial por la pandemia de coronavirus COVID-19, el famoso teólogo español José Antonio Fortea publicó una reflexión y algunas respuestas sobre el cierre de iglesias, las Misas por Internet y otras medidas implementadas para prevenir el contagio.
Con un artículo titulado “Cuestiones varias en tiempo de epidemia”, el P. Fortea busca dar algunas luces a quienes en estos días “me han hecho diversas preguntas”.
“Voy a responderlas de un modo público por si le sirve a más personas”, indicó.
¿Cerrar o no las iglesias en tiempos de coronavirus?
El P. Fortea indicó que “no me parece irrazonable la decisión de cerrar los templos que han tomado algunos obispos. Es un modo de limitar los contagios y de mostrar solidaridad con los que quieren llevar un confinamiento estricto”.
Sin embargo, precisó, “yo soy de la opinión de que, precisamente, ahora los templos han de estar abiertos”.
“Dios es tan real como el coronavirus. Si todo se arreglara encerrándose en casa dos semanas, estaría a favor del encierro total. Pero como afrontamos una pandemia que, en cada nación, durará meses si algo debe estar abierto son los templos”, señaló.
El P. Fortea añadió que “si alguien me dice que es que hay una pandemia, le contestaré que porque hay una pandemia ahora, más que nunca, hay que volver los ojos a Dios”.
¿Es válido seguir la Misa por Internet o televisión?
El teólogo español subrayó que “los obispos ya han dispensado del precepto dominical. Así que la pregunta no ha de plantearse en términos de ‘validez’, sino de si hay o no hay obligación”.
“La Misa vista devotamente por Internet tiene un efecto en el alma”, aseguró, y precisó que “la persona se une en espíritu a esa liturgia, adora uniéndose a ese acto”.
“¿Adora a Jesús-Eucaristía en su casa? Sí, lo adora. Y una comunión espiritual puede tener más efecto (si hay más devoción) que una comunión física con menos fervor”, señaló.
Si la Misa ha sido previamente grabada o se está viendo una repetición, el P. Fortea subrayó que “no por eso tiene menos efecto. Yo me uno a ese acto en este momento. Y me beneficio espiritualmente de esa unión, de esa adoración”.
“Tampoco yo estuve físicamente en el Calvario, pero me uno con el deseo al Sacrificio de la Cruz. Alguien que estuvo físicamente, hace dos mil años, en el Gólgota pudo obtener menos gracias (por tener menos fe, menos amor) que yo uniéndome espiritualmente desde el siglo XXI”, señaló.
¿Se puede discrepar con un obispo?
Para el P. Fortea “no es obligatorio ser de la misma opinión que el obispo en cuestiones que no son de fe. Pero la propia opinión debe manifestarse desde el respeto, desde la obediencia”.
El sacerdote español indicó que “todos los párrocos hemos sido testigos de cuándo una opinión es constructiva y cuándo no lo es. Una cosa es la propia lícita opinión y otra cosa es la siembra de divisiones”.
“Incluso con la autoridad civil, en estos momentos tan difíciles, hay que tener un cierto espíritu de colaboración y no de crear tensiones”, señaló.
(Aciprensa)