Tenemos que olvidar la ecuación equivocada que virus significa muerte. NO ES CIERTO.
En lugar de preocuparnos, debemos ocuparnos, pues siempre tendremos momentos buenos o malos; algunos ni muy malos, y otros pocos no tan buenos. Así es la vida.
Las personas disciplinadas, no requieren de tanto aislamiento, se requiere conocer los cuidados, capacitarse y salir a trabajar.
¿Qué pasaría si todos viviéramos con miedo? No existirían personas trabajando en las alturas, no existirían personas trabajando en plataformas petroleras mar adentro, no existirían bomberos ni policías.
Lo que necesita México no es pánico, no es miedo, es capacitación ante estas contingencias, es disciplina, es informarse sin intermediarios; no escuchar a los políticos que siempre sesgan la información para beneficio propio.
Encerrarse en la ignorancia y en la desinformación, no te permite detectar el instante en el que las cosas cambian. Y de repente crees que el panorama se torna diametralmente distinto a lo que se esperaba.
Es ahí donde se abren los escenarios que se acomodan a cada grupo o personas.
Los desinformados empiezan a caer en la desesperación, en escenarios imaginarios, y sin tener la formación para compartirlo, distribuyen su miedo en las redes sociales y toman como fuente a lo más delincuencial de la sociedad. (Los políticos y medios de comunicación tradicionales)
Es ahí donde se presenta la oportunidad del delincuente político, a ese que no le importa la sociedad y sus consecuencias. Aprovecha la ignorancia de la gente y siembra él terror, para desvirtuar el avance y las acciones de su adversario político.
¿Qué se gana con el encierro?
Las víctimas del fatalismo, del miedo y la desinformación, empiezan a consumir en exceso los programas y series de televisión e internet que también son parte de la desinformación global.
Los principales ganadores como siempre que se juega con la vida, son las farmacéuticas.
Y estos grandes emporios que juegan con la ignorancia y la salud, están muy distantes de sentir ese miedo, ese pánico que siente el resto del mundo que hoy seguro no duerme tranquilo porque cayó en la desinformación y en el abuso de quienes conocen la verdad.
En este juego existen grandes perdedores y grandísimos ganadores.
Pierden los que viven del día a día. Ganan los que van a poder endeudar a la gente y los países en los préstamos particulares e institucionales.
Las grandes mentes en la pequeña mediana y gran empresa. En esta crisis, debemos entender que se tiene que reactivar la operación, la calidad en el servicio, la creatividad y la optimización.
Los ciudadanos comunes debemos ser parte de la cadena de consumo, pensando en el país y su economía, con inteligencia, sin derroche y sin desesperación. Pero con mucha precaución.
Toda esta desesperación y falta de capacitación de la ciudadanía y los gobiernos, provocará que haya mucha gente inactiva y algunos sin goce de sueldo.
Estas decisiones impactarán la economía de cada individuo, que se endeudará con sus tarjetas, con el banco, con la casa de empeño.
Y por si esto fuese poco, el gobierno está siendo presionado, ahorcado, acorralado a contratar deuda con el Fondo Monetario Internacional. (FMI). Eh ahí los grandes ganadores.
Pero la gente en lugar de capacitarse, de informarse correctamente, están engordando a los otros ganadores que quieren destruir al país.
Esos ciudadanos inactivos laboralmente hablando, están muy activos replicando fake news, fotos o falsos audios de WhatsApp, Facebook, twitter e Instagram.
Memes y audios grabados por personas con problemas mentales, porque solo con un trastorno se puede tener el ánimo de burlarse en situaciones como ésta.
El otro ciudadano que ignorante y desinformado es presa del miedo y sale vaciar anaqueles, a comprar cubrebocas, gel y productos que en esta pandemia, son innecesarios.
Hay otras víctimas que por desinformación e ignorancia se preocupa por que no hay clínicas suficientes para atender esta pandemia.
No entienden que las clínicas son el peor lugar para curarte de Covid-19. No entienden que las clínicas en caso de descontrol epidemiológico serán el lugar perfecto para suicidarse. No entienden que para recuperarse si se llegaran a enfermar del virus el mejor lugar será su casa, no una clínica.
Y ahí están víctimas de la ignorancia y los políticos, los que ante un ligero resfriado entran en pánico y buscan exámenes para descartar el Covid-19. Cuándo si estuvieran bien informados entenderían que así no se hacen las cosas. Que ante cualquier síntoma de covid-19, deberán enviar a alguien o hablar por teléfono a las instituciones de salud para que le hagan la prueba.
Los políticos que insisten en desesperarte son los que provocan los muertos, esos medios de comunicación que sesgan la información son los responsables de promover la ignorancia y las muertes
Esas víctimas de los anteriores son los que saturan hospitales y lugares de consulta ante la desesperación y desinformación.
Es mi obligación decirles que si seguimos buscando clínicas, pruebas de laboratorio para saber si tenemos el virus, no habrá recursos que puedan parar esta pandemia.
Lo dijo el padre de la medicina moderna, Ibn Sina: “La imaginación es la mitad de la enfermedad, la tranquilidad es la mitad del remedio y la paciencia es el comienzo de la cura”.
SI TE CUIDAS TÚ, NOS CUIDAMOS TODOS.
(Sin Línea)